La falta de oferta de vivienda es la principal razón por la que los jóvenes españoles no pueden emanciparse de casa de sus padres. Así lo recoge el último estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que señala que alrededor del 46% de los jóvenes entre 25 y 34 años vive todavía con sus padres, frente al 30% de media de la Unión Europea.
“La escasez de vivienda asequible está causando una gran repercusión entre los jóvenes y sus familias, convirtiéndose en uno de los principales temas del debate público (…). La dificultad de los jóvenes para encontrar una vivienda contribuye también a explicar la baja tasa de natalidad, según diferentes estudios”, recoge en este informe la Fundación.
En los últimos años, el número de jóvenes que viven con sus familias no ha hecho más que aumentar. Si en 2011 este grupo representaba el 36,6% del total de jóvenes españoles, en 2022 esta cifra era casi diez puntos mayor, el 46,3%. La crisis económica del 2008 y la crisis sanitaria de la COVID-19 han sido algunos de los factores que han agravado esta situación.
Este último estudio explica que, tras la crisis del 2008, la construcción de inmuebles residenciales se ha expandido a un ritmo inferior al de la demanda. En concreto, detalla que desde 2015 se han iniciado una media de 75.000 viviendas cada año frente a los casi 120.000 nuevos hogares que se han creado. La balanza, por tanto, no está equilibrada.
Este escaso stock de inmuebles en alquiler, sumada a la creciente demanda, está provocando subidas de precios en las principales capitales españolas. Según datos de Idealista, en ciudades como Barcelona, Madrid y San Sebastián, entre otros, se han alcanzado niveles récord.
Desde Funcas señalan que una de las vías más prácticas para solucionar este problema es aumentar la oferta, “en especial en el segmento del alquiler”. Para ello, este estudio explica que deberían reducirse las limitaciones presupuestarias de las Administraciones. Sin embargo, dada la emergencia habitacional en la que se encuentran muchas familias y de los tiempos que manejan las instituciones, la colaboración público-privada se convierte en una de las soluciones más efectivas.
Desde ASVAL consideramos que la colaboración entre el sector privado y la Administración, en todos sus niveles, es la mejor vía para aumentar la oferta de vivienda. Para ello se deben dejar atrás medidas intervencionistas, como los controles de precios, o los diversos ataques a la propiedad privada. En último término, se debe ofrecer mayor seguridad jurídica al mercado.