La pandemia generada por el Covid-19 está suponiendo un duro golpe en materia sanitaria, pero también en la economía, provocando quiebras de empresas y una fuerte recesión. El sector inmobiliario, y en concreto el mercado del alquiler, no es ajeno a esta situación.

Los informes sobre precios correspondientes a 2020 de los diferentes portales inmobiliarios muestran una clara tendencia a la baja en las rentas del alquiler, que se hace más evidente en las grandes ciudades. De hecho, Idealista califica de “históricas” las caídas anuales registradas en Barcelona y Madrid, del -9,4% y -7,3%, respectivamente, seguidas de Palma, Málaga y Sevilla, con caídas superiores al 5% en comparación con los datos de cierre de 2019.

La causa que hay detrás de estas caídas es que al descenso de la demanda que ha provocado el parón de la crisis económica, se ha unido un importante aumento de la oferta de la vivienda en alquiler. Un stock que, según Idealista, “en algunos mercados se ha más que duplicado”, provocado por los tres meses de confinamiento, en los que no se cerraron apenas operaciones de alquiler. De hecho, el año 2020 ha cerrado con un stock de viviendas en alquiler un 78% por encima de lo que se registró a inicios del año pasado, según datos del portal inmobiliario.

En esta línea, los datos de Fotocasa muestran que el precio de la vivienda en alquiler ha presentado su menor incremento en seis años, con una subida del 4,6%. El portal inmobiliario explica este menor aumento por la entrada de alquileres destinados al sector vacacional al mercado residencial. 

Madrid y Barcelona seguirán al frente de las caídas

Los expertos auguran que esta tendencia a la baja continuará durante buena parte de 2021. “El comportamiento de los precios del alquiler será parejo a la evolución de la crisis económica generada por el Covid-19”, explica Beatriz Toribio, directora general de ASVAL, si bien añade que esta evolución será muy dispar según las zonas.

Madrid y Barcelona seguirán a la cabeza de los descensos en los precios por el parón económico y turístico en estas ciudades, pero a medida que la crisis se recrudezca, esta situación de extenderá al resto del país. Es por ello por lo que, desde ASVAL y otras organizaciones del sector se insiste en que la regulación de precios que planea introducir el Gobierno en la futura Ley de Vivienda no tiene sentido en un contexto de precios bajos, ya que contraerá la oferta y a medio y largo plazo provocará subidas de precios, dificultando el acceso a los colectivos vulnerables o con menores recursos, como los jóvenes.

Este intervencionismo regulatorio también puede afectar a la inversión que está interesada en entrar en el mercado del alquiler, y que es clave para acabar con la falta de oferta que tenemos en España. En este sentido, esta semana la consultora CBRE daba a conocer que el alquiler residencial atrajo en 2020 más de 2.600 millones de euros de inversión (incluyendo residencias de estudiantes), de los cuales 1.700 fueron de producto ‘Build to Rent’ (Construir para alquilar). “El residencial en alquiler seguirá siendo uno de los grandes protagonistas en 2021 debido a la carencia de vivienda de calidad en alquiler en España y al aumento de la demanda de los últimos años”, señalan desde la consultora.

En este sentido, Toribio añade que “esta inversión está muy atenta a los cambios regulatorios que se están produciendo en materia de alquiler porque puede afectar a sus proyectos futuros e impedir que se desarrolle la oferta de vivienda en alquiler que necesitamos. Hay mucha incertidumbre y eso no es bueno. Tenemos que generar confianza, ofrecer seguridad jurídica y protección a los propietarios si queremos unos niveles de alquiler similares a los de nuestros vecinos europeos”.