España es un país de propietarios. Esta es una afirmación que durante mucho tiempo, ha sido la realidad del mercado inmobiliario en España. Y es que según los últimos datos el CIS, el 82% de los españoles prefiere comprar a alquilar.
Sin embargo, parece que la tendencia empieza a revertirse. Con un parque de viviendas en alquiler en España que supera los 3 millones de inmuebles, un 23% de la población vive en régimen de alquiler. Y aunque estas cifras, comparadas con otros países de Europa, incluso con la media europea (30%), ponen de manifiesto que culturalmente (e históricamente) no somos una sociedad con mentalidad arrendataria, es importante destacar que la evolución en los últimos 15 años ha sido muy positiva (aumentando paulatinamente desde el 19,8% en 2008).
En Alemania, por ejemplo, la media se sitúa en el 49%, casi la mitad de la población y, tanto países nórdicos como Gran Bretaña se mueven entre el 38% y el 35%. Y nuestro vecino más próximo, Francia, se sitúa en el 35%.
Una tendencia que empieza a cambiar
Sin embargo, esta tendencia está empezando a cambiar y, los datos lo avalan. De hecho, en los últimos 15 años el porcentaje de población española que vive en régimen de alquiler se ha doblado y el parque de viviendas ha aumentado hasta superar los 3 millones de viviendas.
Hay varios factores que están propiciando este aumento del alquiler. Por un lado, la movilidad. Es de sobra conocido el movimiento natural hacia las grandes urbes, que se vive a nivel global, mediante el que población de todos los rangos de edad se instalan en grandes núcleos urbanos y, por tanto, requieren de una vivienda en alquiler. A este movimiento se le añade una mayor libertad , sobre todo a nivel laboral, de forma que un trabajador pueda estar una temporada en una ciudad y otra en otras ciudades o países. En esos casos, el alquiler y la libertad que ofrece gana puntos frente a la decisión de comprar.
Es precisamente por este motivo que el mercado de la vivienda en alquiler tiene un comportamiento muy distinto en función de la zona.
Por otro lado, en los últimos años las condiciones crediticias para la compra de una vivienda se han endurecido. Esto, unido al encarecimiento de los precios de la vivienda, sobre todo en los núcleos urbanos de las principales ciudades españolas, han hecho que el alquiler experimente un repunte importante.
La precariedad laboral también incide directamente en el auge del alquiler y, además, mantiene una estrecha relación con el acceso de los jóvenes a la vivienda. Ante una mayor temporalidad de los contratos de empleo y, por ende, menores recursos en cuanto a ahorro, los españoles han empezado a refugiarse en el alquiler.
Sin embargo, a nosotros nos gusta destacar que también observamos un cambio cultural en la mentalidad, sobre todo de los más jóvenes, que escogen el alquiler por convencimiento. Un cambio en los hábitos de consumo que está transformando la economía y las empresas. Los jóvenes tienen menos apego a la propiedad, son más digitales y tienen más conciencia medioambiental, por eso se decantan principalmente por el alquiler de viviendas y vehículos frente a la compra. Aunque en demasiadas ocasiones es la necesidad —por la precariedad laboral y salarial— quien guía sus decisiones de consumo. Según la última encuesta del portal inmobiliario Fotocasa sobre hábitos de los más jóvenes en cuanto al mercado de la vivienda, algunos de los motivos por los que los jóvenes deciden alquilar son una mayor flexibilidad y libertad así como menores gastos de mantenimiento.
El alquiler a precio de mercado es el que mayor evolución ha experimentado
En esta evolución del mercado de la vivienda en alquiler, el segmento que más ha incrementado es el del alquiler a precio de mercado, aumentando un 58% en los últimos 13 años.
Parte de este incremento se debe a que en estos años cada vez se ha reducido más la oferta de vivienda pública en alquiler. Y es que la Administración ha centrado el esfuerzo presupuestario en la financiación pública de la vivienda en propiedad, a precios inferiores a los de mercado, a través de los programas de la Vivienda de Protección Oficial (VPO), dejando de lado el ámbito del alquiler social.
¿Qué hace que en el resto de Europa sí exista una tendencia natural al alquiler?
No es solo un tema cultural, aunque esa es una razón de peso. En otros países de Europa, como por ejemplo en Alemania, el precio del suelo es bastante más caro que en España, por lo que al final el precio de repercusión en una vivienda a la venta es extremadamente alto y, por el contrario, el precio del alquiler es comparativamente más bajo, por lo que la diferencia en precio entre comprar y alquilar una vivienda es abismal. En España, no nos encontramos con este gap y que en muchos municipios y en algunos momentos del ciclo inmobiliario, casi ha sido más barato comprar que alquilar.
Además, y esto forma parte del background cultural, para el español la inversión en una vivienda ha funcionado, y funciona, como un plan de pensiones. Comprar una vivienda para posteriormente arrendarla es parte de su plan de jubilación. Una forma de depositar los ahorros de toda una vida para complementar su pensión.